Entrar en el club de los 40 años supone un cambio mental importante para muchas personas que como sociedad hemos convertido en la crisis de los 40. Todo cambio de década suele ser especial el primero sin contar los 10 años es el pasar de adolescente a adulto, mientras que el segundo, entrar en la treintena, se puede definir como hacerse mayor. Convertirse en cuarentón es diferente, porque se ve la vida con la perspectiva de haber superado casi el ecuador. Has vivido casi la mitad de tu vida y llega el momento de hacer balance.
Todos estos cambios tienen su reflejo financiero. Los 40 es una época de gastos, especialmente para las familias y quienes son padres, pero también debe serlo de consolidación del ahorro a largo plazo para alcanzar la libertad financiera. En este punto del camino deberías de haber acumulado ya cierto capital para tu jubilación o tus planes de futuro.
Por eso mismo comenzamos este listado de errores que debes evitar al invertir a los 40 años con un fallo por omisión: no invertir. Si has llegado a este punto de tu vida y no tienes un plan para rentabiliza tus ahorros, lo que tienes es un problema. O ahorras mucho o entre la inflación y los impuestos cuando te toque ver cuánto has acumulado te vas a llevar una desagradable sorpresa.
Si ya estás en marcha pero desde hace poco, la Guía de Tres errores típicos del español al invertir puede ayudarte a aclarar tus ideas, aunque para empezar nada como repasar los errores que se cometen a los 30 y que se arrastran a la siguiente década.
Invertir sólo en vivienda
La mayoría de ahorradores españoles son en realidad inversores en vivienda, sólo que ellos todavía no lo saben porque no ven su casa como una inversión aunque se esté llevando el 30% de sus ingresos en el mejor de los casos.
No hay nada malo en invertir en ladrillo, siempre que tengas claro que lo estás haciendo y que lo hagas con cabeza. El primer consejo es no firmar una hipoteca a más de 15 años porque a plazos más largos superiores a los 30 años terminarás pagando el doble por la casa.
Además, haz números y ten en cuenta el coste de oportunidad que supondrá comprar vivienda o haberla comprado. En otras palabras, lo que dejas de hacer con ese dinero que inviertes en la hipoteca.
Invertir a corto y a medio plazo
No es lo mismo invertir pensando en recuperar el dinero dentro de cuatro años que dentro de diez. Para periodos largos de tiempo el principal objetivo de la inversión debe ser obtener rentabilidad, no proteger el capital. Esto tampoco quiere decir que debas asumir todo riesgo que se te ponga enfrente, sólo que todavía no ha llegado el momento de ser 100% conservador.
Todavía tienes mucho tiempo por delante hasta la jubilación y por lo tanto podrás asumir algo de riesgo a fin de obtener más beneficios, especialmente si eres de los que ha cometido el error número uno y estás empezando ahora a invertir.
Invertir en los sectores de moda
En la inversión también existen modas. En su momento lo fueron las renovables, ahora lo son las tecnológicas. Es fácil ver recomendaciones compra y estrategias muy enfocadas hacia estos sectores. Es algo que siempre ha habido y siempre habrá.
Evita caer en esa tentación si estás invirtiendo por tu cuenta. En realidad, este error es extensible a otros ámbitos y consejos como por ejemplo fiar tus ahorros a las recomendaciones que veas en los medios de comunicación o al analista de turno que no conoce tu situación financiera ni tus necesidades. Puede que sus opiniones sean válidas, pero si vas a seguir consejos, que sean los de un asesor financiero independiente que analice tu caso particular y te haga recomendaciones personalizadas. Si piensas que es sólo para los ricos, te proponemos que tengas una reunión gratuita con uno de los asesores mejor valorados de tu cuidad para que valore tu cartera de inversión. Aquí puedes solicitarla.
Invertir con el corazón
Toda inversión debe ser meditada, pero llegado un punto parece más fácil meditar la compra de acciones de una empresa que dejarle dinero a un amigo de toda la vida para montar el bar de vuestros sueños o esa tienda de guitarras de la que tanto hablabais de jóvenes.
Antes de hacerlo medita sobre los riesgos. De nuevo, un asesor financiero ajeno a esa ligazón emocional puede ayudarte a ver las cosas en perspectiva.
No diversificar tu cartera
Otro de los grandes errores de los españoles es no diversificar el riesgo que asumen porque invierten todo en España. En un artículo anterior explicamos cómo invertir en deuda española, con un banco español y en empresas del Ibex 35 no es diversificar. Sí, estás comprando productos de renta fija y renta variable, pero tu riesgo está concentrado en una sola región y en un solo país.
Imagina que hay una mala noticia que afecte a la economía española, toda tu inversión se desmoronaría.
Conservar el mismo fondo que compraste con 30
Salvo raras excepciones, va a ser poco recomendable que mantengas en tu cartera el mismo fondo que compraste hace 10 años. Para empezar tu perfil de riesgo habrá cambiado y para seguir, es complicado que un producto concatene 10 años continuos de subidas en los que no hayas tenido que vender en ningún momento.
No tener en cuenta los impuestos
Los impuestos juegan una parte crucial en toda inversión. Cada producto tributa de forma diferente y puede hacer que ganes más o menos. En este sentido, no pagarás lo mismo a Hacienda si contrataste un fondo de inversión o un plan de pensiones, algo que debes tener muy en cuenta antes de elegir.
En nuestra sección de guías encontrarás manuales de fiscalidad que pueden serte útiles, pero nadie como un experto en inversión para guiarte y aconsejarte sobre qué producto te conviene en función de tu plan de vida. De hecho, invertir acompañado es la mejor fórmula para evitar errores y sacar el máximo partido a tu inversión.