2015 no ha sido un año fácil para la gestión de carteras. Después de un primer trimestre exageradamente positivo, parecía que los mercados anticipaban la recuperación del ciclo económico en los mercados desarrollados y eso podría provocar una relajación de la tensión en los mercados emergentes. A partir del mes de abril nos ha acompañado la volatilidad (superior a los últimos tres años) y una gran correlación entre activos.
En Europa empezó la QE, la política monetaria expansiva más grande empleada por el Banco Central Europeo, lo que provocó en Europa grandes subidas en los mercados bursátiles como también apreciación en precio y consecuente caída del rendimiento en los bonos soberanos y corporativos. A partir del mes de abril Grecia volvió a irrumpir con fuerza y, a pesar de su poco peso dentro de la Eurozona, arrastró a los mercados a perder gran parte del beneficio acumulado en el primer trimestre. La situación se extendió hasta finales de julio, fue la mayor caída de la Renta Fija en Europa desde la crisis de deuda del 2012.
Estados Unidos ha sido una de las economías desarrolladas que más ha crecido, junto a Reino Unido y España. Durante todo el año hemos estado pendientes de la subida de los tipos por parte de la Reserva Federal, que finalmente se produjo el pasado 16 de diciembre. El banco central de EEUU ha mostrado al mundo que su economía se encuentra en buen estado y que las perspectivas para los próximos años son buenas. Durante el año, la incertidumbre de cuando subirían los tipos ha provocado mucha volatilidad en las divisas a nivel global y especialmente en las emergentes.
Para el próximo año seguiremos viendo una clara divergencia entre la política monetaria de EEUU con Europa y Japón, donde es posible que se aumenten los estímulos actuales. Consideramos que hay más recorrido en Europa y Japón que en Estados Unidos.
En mercados emergentes, la debilidad del crecimiento de los mercados desarrollados y de la demanda global ha provocado tensión en el desarrollo de muchos países, provocando una devaluación de sus divisas que ha penalizado mucho los rendimientos en estos mercados. China ha aportado mucha volatilidad a nivel global a partir del segundo semestre. Cuando Grecia parecía que solucionaba sus problemas, la tensión en China arrastró a todos los mercados en uno de los peores meses de agosto de los últimos años. Para el 2016 estaremos atentos a estos mercados, ya que consideramos que nos pueden aportar buenos rendimientos. Debemos de ser muy selectivos en la inversión en estas economías, no invertir de forma global.
Cómo puede afectar el 20D a nuestras carteras
A nivel nacional, las elecciones y la debilidad de los emergentes (sobre todo Latam) han impedido que el buen crecimiento del país se trasladara en resultados positivos en los índices españoles. La resaca post electoral en España nos ha dejado un escenario muy difícil. En el mejor de los casos se llegara a formar una coalición de gobierno débil, muy probablemente desde Bruselas se presionara para llegar a una gran coalición con los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) aunque no parece que eso sea fácil. En el peor de los casos nuevas elecciones estarán a la vista. Y todo eso lo están ya reflejando los mercados tanto de RV como de RF españoles. Hasta que no se clarifique el escenario final deberíamos ser muy cautos en apostar por España.
Las commodities han sufrido una gran caída en este 2015, pero debemos seguirlas de cerca por si mejora la recuperación global, actualmente sus cotizaciones pueden parecer atractivas para pensar en tomar posiciones.
En definitiva la dificultad de este año ha sido alta y solo aquellos inversores acompañados por asesores financieros independientes muy profesionales han conseguido navegar en estas aguas tan revueltas.