Muchos inversores, se acercan con frecuencia a nuestra oficina, para consultarnos sobre productos que han visto anunciados bien a través de los medios de comunicación o bien que se los ha comentado algún conocido, y siempre nos hacen la misma pregunta: ¿es un producto bueno?
Para nosotros, esa pregunta está incompleta y debería ser así: ¿este producto, es bueno para mí?
Cada persona, tiene una situación personal y financiera diferente, así como unas necesidades de capital o proyectos futuros personales. Esto quiere decir, que cada inversor, tiene un perfil de riesgo que se debe de marcar de antemano, antes de hacer cualquier planificación de cartera.
Conocer bien nuestro perfil de riesgo nos ayuda a tomar las mejores decisiones de inversión en nuestro escenario, y sobre todo, nos puede ayudar a “huir” de aquellos productos, que no sean adecuados para nosotros.
Por ejemplo, un plan de pensiones, puede ser muy bueno y estar dando mucha rentabilidad, pero ¿tiene sentido que alguien que por ejemplo tiene una situación laboral inestable, lo contrate? ¿no sería más adecuado para su situación económica, contratar un producto con liquidez inmediata?
Otra de las preguntas que todo inversor debería hacerse es: ¿A cambio de la rentabilidad que este producto me ofrece, que riesgo voy a asumir?
Algo que debemos tener muy claro, es que la rentabilidad y el riesgo van de la mano. A más rentabilidad esperada, mayor riesgo. Es decir, no existen los productos que den rentabilidades altas sin ningún riesgo.
Es por ello, que tener bien definido nuestro perfil de riesgo, nos puede ayudar a crear una cartera acorde a lo que necesitamos.
Un inversor que no está dispuesto a perder nada de dinero por ejemplo, no podrá esperar rentabilidades demasiado altas. Es por ello, que no tendría sentido contratar productos como acciones o fondos de inversión de renta variable, ya que son activos que en un momento determinado pueden aportar mucha rentabilidad, pero también pérdidas.
Así pues, nuestro consejo es que siempre que vean algún producto de inversión “milagroso”, se hagan la pregunta: ¿es este producto adecuado para mí?