Durante la comparecencia de hoy de Mario Draghi, ha proyectado sobre la zona euro una luz esperanzadora. Ha sacado pecho por el efecto positivo que han supuesto sus medidas de política monetaria y se ha reafirmado en mantenerlas sin cambios hasta diciembre de este año o incluso más allá de 2017 en caso que fuese necesario.
Para todas aquellas opiniones que defienden que la subida de la inflación nos llevará a la consiguiente subida de tipos para este año, les tocará esperar, al menos durante este año. El bueno de Mario insiste en la idea que aunque sí que es cierto que la inflación está aumentando progresivamente (1.8%), básicamente debido a los productos agrícolas no procesados y a la energía, si analizamos la inflación subyacente o core (inflación donde eliminamos estas dos partidas más volátiles) esta continúa en niveles muy controlados (0.9%) y lejos del objetivo del BCE cercano al 2%.
Draghi siempre va paso a paso, o partido a partido como diría Simeone. El primer paso cuando tomó posesión de su cargo fue evitar la rotura del Euro, eso del “haré todo lo que sea necesario para salvar al euro…y créanme será suficiente”. Lo consiguió. Su segundo paso fue evitar alejarnos del importantísimo riesgo de deflación que sobrevoló la zona euro no hace tanto, con su batería de medidas monetarias y la QE. Hoy nos decía que el riesgo de deflación ya es historia para la zona Euro. Y su tercer paso será llevar la inflación al objetivo marcado por el BCE cercano al 2%. Y créanme, mientras eso no suceda, ni subirá tipos ni abandonará su QE.
¿Cuáles son las implicaciones de todo lo comentado? Que los depósitos a plazo y/o cuentas remuneradas seguirán siendo opciones totalmente descartables para cualquier inversor/ahorrador que quiera al menos mantener el poder adquisitivo de su dinero.