Como anticipábamos antes de la reunión de hoy del BCE, las decisiones tomadas por el Consejo de Gobierno de este banco central han sido de no alterar ni un ápice la vigente política monetaria.
Mario Draghi continua evitando entrar en cualquier debate que le fuerce a dar pistas del timing de los próximos pasos de su estrategia. Para aquellos que esperen muestras claras para saber cuándo se iniciará el tapering (reducción de los estímulos monetarios de la QE) o de las subidas de tipos de interés, que se armen de paciencia porque el bueno de Mario no está por la labor.
Sin embargo, Draghi no puede negar la evidencia. Y la evidencia es que la economía de la eurozona marcha con pase firme hacia una mejora sólida y continua y que hemos dejado definitivamente atrás los riesgos de deflación para enfrentarnos ahora a un incremento de la inflación (aunque la inflación subyacente es aun débil) a pesar de los líos internos (léase elecciones mas Brexit) y externos (léase política exterior de Donald Trump).