Ya has solicitado tu evaluación gratuita con un experto en inversión, has dado el primer paso para sacar más partido a tu dinero. ¿Y ahora qué? ¿Hay algo más que debas hacer aparte de presentarte en la fecha y hora pactada en las oficinas del asesor? Desde un punto de vista formal no, pero si quieres sacar el máximo partido a tu reunión con el asesor tendrás que prepararla.
No te preocupes porque no es cómo estudiar para unas oposiciones, pero sí que hay ciertas cosas que debes tener claras para que la reunión sea más provechosa.
En qué te puede ayudar el asesor financiero
Lo primero que debes tener claro es el papel del asesor financiero. Un buen experto en inversiones es tu compañero de viaje económico como el médico lo es para tu salud.
Un asesor te puede ayudar a poner en orden tus finanzas, aunque ese no es realmente su papel. Estos expertos están más enfocados hacia la inversión. Esto se traduce en dos cuestiones clave:
- Organizar tu ahorro en función de tus objetivos.
- Rentabilizar tu ahorro de nuevo en función de tus metas y de tu perfil como inversión (aversión al riesgo y plazo de la inversión).
Tener claro tu objetivo
Como ya has visto, es fundamental que definas claramente para qué quieres tus ahorros, qué quieres hacer con ellos. Lo ideal es que la meta esté alineada con tus planes a largo plazo y tus inquietudes vitales. El objetivo puede ser ahorrar para la jubilación, tener libertad financiera, que tus hijos puedan estudiar en el extranjero, comprar una casa… Puedes establecer varios objetivos en diferentes espacios temporales, pero siempre deben ser claros y debes exponérselos al asesor de forma cristalina.
Eso sí, intenta que sean objetivos realistas. Si partes con 10.000 euros y ahorras 3.000 euros al año no quieras tener 10 años de libertad financiera o medio millón de euros en con años porque es muy posible que te lleves un disgusto.
Piensa también en la rentabilidad que te gustaría obtener por tu dinero, pero recuerda que la rentabilidad está ligada al riesgo. Para ganar hay que arriesgarse a perder. Si no tienes claro cuánto puedes pedir por tu dinero, sé sincero y plantéaselo al asesor, porque él te ayudará a dar con el objetivo de rentabilidad, como explica José Manuel García Rolán.
Sé sincero y lleva todos tus datos
Tu asesor financiero es el médico de tus finanzas. Si no mentirías al médico no lo hagas al experto encargado de tus inversiones. Sin confianza la relación con tu asesor está abocada al trabajo. Sé sincero respecto a tu posición económica, el dinero con el que cuentas y tus conocimientos sobre inversión. Si no conoces el funcionamiento de un producto no hagas como que sí y pregunta.
Robert Casajuana recomienda “ser totalmente abierto a explicar tu situación financiera: si vas al médico, explicas lo que te pasa con total sinceridad para que te pueda tratar adecuadamente, con el asesor financiero igual. No puedes ocultar información porqué el dinero es un tema privado y delicado”.
Tampoco te traiciones a ti mismo al hablar del riesgo que quieres asumir. Es fácil decir que quieres un 10% por tus ahorros, pero si lo haces después tendrás que ser capaz de soportar la presión de las posibles pérdidas, que tu asesor denominará volatilidad.
Además, no olvides llevar toda la información financiera que consideres importante, desde tu declaración de la renta hasta las cantidades que tienes en la cuenta corriente. Por su puesto, si ya invierte lleva datos al detalle.
Hay que recordar que “la información del cliente es la mejor forma de hacer cartera”, comenta García Rolán y aquí todo vale, desde la situación familiar y laboral, experiencias financieras previas…
Pregunta, no te quedes con dudas
Aunque ya lo hemos comentado, es importante recalcarlo, pregunta siempre que tengas dudas. De hecho, García Rolán asegura que si el cliente ya ha visto algún producto puede ser positivo preguntar por él.
Por su parte, Alex Domenech insiste en que preguntar también puede servir para adquirir una formación necesaria, porque todo asesorado debería “interesarse por dónde invierte. El asesor le informará de los riesgos y características de cada producto, pero es mejor entender cómo funciona cada uno para no llevarse sorpresas porque el capital es suyo, no del asesor”.
Pregunta el método de trabajo y el coste
Además de las preguntas relacionadas con tu dinero, hay otras cuestiones relativas al asesor que deberías conocer.
Durante la reunión no te olvides de preguntar:
¿Qué certificaciones y experiencia poses? Aunque regulada, la figura del asesor financiero en España todavía carece de un título oficial que de acceso a la profesión. Esto no quiere decir que no existan organizaciones como EFPA dedicadas a extender certificados o escuelas de negocio como IEB que impartan formación cualificada al respecto. Más allá de los títulos, la experiencia, demostrable a través de casos prácticos y personas a las que ha ayudado, también debe ser algo a valorar.
¿Cuál es tu negocio? ¿Cómo trabajas y de dónde sacas tu beneficio? La primera cuestión puede parecer obvia, pero no lo es tanto. El sistema de cobro es fundamental para establecer algo tan básico como la independencia del asesor. Si cobra comisiones de una entidad es fácil o por lo menos plausible que tienda a recomendar productos de la misma. De igual forma, si sólo cobra en función de los beneficios que genere, puede que esté asumiendo excesivos riesgos para conseguir esa comisión.
En cualquier caso hay una cosa que debes asumir, es posible que el asesor cobre por su trabajo. De hecho, hay que aceptarlo como algo normal. A fin de cuentas, abogados, médicos, arquitectos y muchas otras profesionales reciben una retribución ¿Por qué no un asesor?
¿Qué sistema de trabajo utiliza? ¿Podría hacer una demostración? Evidentemente no se trata de que el asesor nos cuente su secreto, pero sí de saber, aunque sea por encima, cómo trabaja y qué criterios utiliza para elegir unos u otros activos. Además, deberá ser capaz de mostrarnos una cartera tipo para conocer de primera mano su forma de organizar las finanzas personales.
Establece la fórmula de trabajo
García Rolán recalca que no hay que olvidarse de preguntar también “por el método de trabajo, la plataforma que utiliza, la forma de ver los ajustes en la cartera, etc”. Se trata de sentar las bases de trabajo, las comunicaciones que vas a recibir y, sobre todo, un calendario de reuniones.
Es importante que te veas por lo menos una vez cada tres meses con el asesor y también que cierres una reunión anual más amplia.
Por último, con todas las dudas despejadas deberías dejar trabajar al asesor. Está bien que le preguntes por los productos que no entiendes, pero no cuestiones constantemente sus decisiones. Dale margen para que pueda trabajar.
Sigue estas pautas y tendrás una reunión de lo más provechosa con tu asesor. Y si todavía no la has solicitado, pide ya una evaluación gratuita de tus inversiones.