¿Es el momento de entrar en el sector financiero y más concretamente en los bancos tras los test de estrés? ¿Por quién apostaríais?
Los test de estrés a la banca son un ejercicio de transparencia con los que se pretende recobrar la credibilidad y confianza en el sistema bancario europeo. Sin embargo, los test de estrés que se llevaron a cabo anteriormente fracasaron a la hora de detectar los problemas de las entidades de Irlanda, las dificultades de las cajas españolas y también las de la banca chipriota.
Realmente, ¿En qué consisten? El Banco Central Europeo realiza una evaluación global de las entidades que consta de tres partes.
- La primera consiste en una foto de los balances a 31 de diciembre y sobre la misma, hacer un análisis de la calidad de los activos (AQR).
- Las otras dos partes son formalmente los test de estrés. La primera de ellas evalúa cómo responderían los bancos si se cumplen las previsiones actuales sobre la evolución económica y la segunda de ellas, como responderían las entidades si tiene lugar un deterioro económico (caída del producto interior bruto, aumento del desempleo…).
Resumiendo, con más o menos acierto, los test de estrés tratan de identificar los problemas que todavía quedan en el sistema financiero con el fin de recuperar la credibilidad. ¿Motivo para tomar posiciones? A nuestro juicio, la renta variable en general y el sectorial bancario en particular, contarán con una volatilidad creciente en los próximos meses y no descartamos nuevos capítulos de tensión a la espera de conocer cuando tendrá lugar el cambio de estrategia en política monetaria en EEUU, a la espera de conocer si finalmente tendremos QE en Europa o no ya la espea de nuevos datos macro que afiancen o no la debilidad actual en Europa.
Es por ello que por el momento seguiríamos con un posicionamiento reducido en renta variable y no ponderaríamos un sector como el bancario que ya de por sí suele tener una elevada volatilidad, encabezando las caídas en momentos de correcciones los avances en momentos de recuperación. En estos momentos, preferimos títulos más defensivos que suelen sufrir menos en ese escenario de volatilidad creciente y tensión que pensamos podría tener lugar en el corto plazo más inmediato. Además, si atendemos al gráfico del sectorial bancario, podemos observar que desde que el pasado mes de abril el sectorial registró máximos anuales, viene mostrando una clara dificultad para dar continuidad a la tendencia que se inició en agosto de 2.012.
En cualquier caso, estamos a su disposición por si desea ampliar la visión que tenemos sobre el sectorial bancario o cualquier otro aspecto que considere importante para la toma de decisiones.