¿Es el retraso de la OPV de AENA el signo definitivo de que es mejor permanecer fuera de la salida a bolsa y ver cómo cotiza antes de plantearse entrar?
En las OPV, siempre solemos recomendar no acudir. A menos que la valoración nos parezca ciertamente atractiva, nos gusta ver come acoge el mercado el precio de salida y nos gusta ver el comportamiento del título más allá de las primeras jornadas, antes de posicionarnos en el valor. En las OPV, las agencias y bancos encargados de colocar la operación suelen actuar de “cuidadores del título”, que tratan de evitar que el título ceda por debajo de ese precio de salida.
Por otra parte, dos motivos adicionales que nos hacen emitir esa recomendación de no acudir son:
- La imposibilidad de poder hacer un análisis técnico, por no tener una serie gráfica histórica.
- La imposibilidad de poder hacer un buen análisis fundamental: al no ser una empresa cotizada, los datos disponibles son menores y además la valoración final tiene gran sensibilidad a determinados parámetros que a día de hoy son probables pero no ciertos. Una reflexión en ese sentido: ¿Venderían ustedes su empresa a unos desconocidos a un precio inferior al real?
Es por ello que en caso de sentir interés por una empresa que sale a bolsa, no solemos recomendar acudir a la OPV sino que recomendamos ver, analizar el comportamiento, esperar y si finalmente nos convence su evolución, compramos.
Simón Pérez, Director de Inversiones en Panoramia