La pasada semana se celebraron las elecciones al Senado en EEUU y ganó el partido republicano. ¿Puede afectar esto a las decisiones económicas y monetarias?
Ahora mismo vivimos un panorama un poco convulso en la política de Estados Unidos. Después de la victoria del partido republicano, el partido demócrata se encuentra sin fuerza política suficiente para tirar adelante en solitario las leyes y deberán pactar con los republicanos, que podrán hacer dos cosas: intentar ayudar al gobierno o ponerle palos a las ruedas.
De momento parece ser que los mercados ya han anticipado unas reformas favorables, especialmente en el sector energético, dónde se prevé que la nueva mayoría republicana dé un impulso añadido a la fracturación hidráulica, también conocida como fracking. En otros temas como política fiscal o inmigratoria se espera que haya más discordia y esto puede acabar condicionando las relaciones entre ambos partidos, que deberán vivir los siguientes dos años en un entorno de gran complejidad. Otro punto de discordia será sin duda la reforma sanitaria de Obama, el “Obamacare”.
Por otra parte, la nueva mayoría republicana en el Senado parece ser que llevará a Richard Shelby, senador republicano por Alabama, a hacerse con el control del Comité bancario del Senado. Este es un dato a tener en cuenta, ya que se encargará de supervisar a la Reserva Federal y que cobra más importancia teniendo en cuenta que él se opuso a la elección de Janet Yellen como presidenta de la Fed, cuestionando firmemente las medidas alternativas de estímulo monetario –la Quantitative Easing (QE)- adoptadas por esta institución.
Esto sin duda no habrá gustado a Yellen y puede suponerle más de un dolor de cabeza, pero sin embargo parece bastante claro que la Fed continuará con su política monetaria sin demasiada alteración y que acabará subiendo los tipos de interés, previsiblemente durante la segunda mitad año que viene.