¿Hasta qué punto es importante el tamaño del patrimonio que gestiona un fondo de inversión a la hora de seleccionarlo?
Cuando seleccionamos los fondos de inversión que van a componer nuestra cartera tenemos en cuenta muchos criterios. El tamaño y la evolución del patrimonio que se gestiona en el fondo de inversión, es un criterio importante que debemos tener en cuenta.
Podemos encontrar muchos ejemplos de fondos de inversión que estaban bien gestionados, obteniendo buenos resultados, y debido a que se produce una fuerte entrada de patrimonio en el fondo, hace que la gestión sea más difícil y provoca que empiecen a obtener peores resultados. Por eso, muchos fondos, ponen un límite a la entrada de capital cuando llegan a un determinado volumen de patrimonio gestionado.
En este sentido se pueden hacer ciertas matizaciones, no todos los fondos con volúmenes grandes de patrimonio dejan de obtener buenas rentabilidades, depende del segmento de mercado en el que invierta el fondo de inversión. Cuanto más específicas sean las estrategias de inversión o más pequeño el segmento de mercado: hay más posibilidades de que al aumentar el volumen gestionado la rentabilidad del fondo se vea afectada.
En el lado opuesto encontraríamos fondos de inversión que no llegan a tener el suficiente patrimonio gestionado para ser rentables y que por tanto cierran. Hace falta siempre un volumen mínimo de activos gestionados para que sea rentable el fondo de inversión, normalmente es alrededor de los 20 millones de euros.
En resumen, el crecimiento de los activos gestionados en un fondo de inversión puede ser bueno o malo. Mucho volumen gestionado, en un mercado estrecho, puede provocar que sufra la gestión, que sea difícil de manejar, lo que terminaría afectando a la rentabilidad y a la liquidez del fondo de inversión.
No es lo mismo un fondo de inversión que invierta en el Ibex 35 que un fondo de inversión que invierte en el EUROSTOX 50, el segundo tendrá una amplitud de mercado mayor que el primero.
Es importante tener una cartera correctamente diversificada, no solo por activos, también por tipos de gestión, mercados, sectores, países, vencimientos, instrumentos financieros, etc.