Con mucho esfuerzo logro ahorrar cada mes algo de dinero y estoy pensando en invertir, ¿Dónde me aconsejáis que meta ese dinero?
La mejor manera de conseguir prosperidad financiera (equilibrio a l/p entre sus capacidades y necesidades), sería mediante la planificación financiera, pero eso sí a través del ahorro y el tiempo. Ya que no existen fórmulas mágicas para “triunfar”, salvo a golpes de fortuna (como podría ser la lotería), la gente corriente se verá obligada a recurrir al esfuerzo y al sacrificio.
Por tanto vuelvo a recordar: La realidad, lejos de la ficción nos ha dejado un principio básico, “No existe el producto perfecto”, lo más importante a la hora de elegir es tener claro cuál es nuestro perfil de riesgo. De manera que si queremos aspirar a obtener una rentabilidad mayor mediante un producto financiero, también tendremos que tolerar una menor seguridad o un mayor riesgo. De otra manera: Nadie regala duros a cuatro pesetas.
Existe un recomendación general al respecto de ahorrar entre un 15-20% de los ingresos brutos, así como de que las deudas no superen el 35-40% de los ingresos.
- En primer lugar, le recomendaría reflexionar sobre las necesidades que se le puedan presentar a corto, medio y largo plazo. A corto plazo, le recomendaría un ahorrar los gastos corrientes de 10 a 15 meses e introducirlos en un producto, que tenga máxima seguridad y liquidez como podría ser un depósito, un plazo fijo, o incluso y fondo de inversión monetario (con un horizonte temporal inferior a 1 año) y que no cobre comisiones por disposición anticipada.
- En segundo lugar, le recomendaría ahorrar a medio o largo plazo a través de un Plan Individualizado de Ahorro Sistemático o a través de Fondos de Inversión. Siempre siendo conscientes de los riesgos inherentes que puede tener cualquier instrumento financiero y del tipo de inversiones que realiza, y que se adecúe a nuestras necesidades y expectativas personales.
Al respecto le recuerdo las características de cada instrumento:
PIAS: Suelen tener una rentabilidad mínima garantizada. Se puede rescatar en cada momento, pero no se recomienda hacerlo antes de diez años ya que se pierden las ventajas fiscales. Para aprovechar esas ventajas fiscales tendrá que transformar su ahorro acumulado en un seguro de rentas vitalicias (fiscalidad más ventajosa) La aportación máxima anual es de 8.000 €, independientemente de lo que se aporte a planes. En ningún caso la cuantía total acumulada podrá superar los 240.000 €. Sólo se puede contratar uno por titular Ofrecen un capital asegurado en caso de fallecimiento del titular Se pueden realizar aportaciones esporádicas o periódicas
Fondo de Inversión: Rentabilidad no garantizada (salvo en los garantizados), aunque por lo general más alta que el resto de productos. Liquidez inmediata (2 o 3 días), aunque con posible penalización dependiendo del plazo No tienen protección adicional frente al fallecimiento Se pueden realizar aportaciones esporádicas o periódicas, aunque pueden representar una comisión por suscripción Se puede diferir la fiscalidad, aplazando el rescate según necesidades y/o movilizando los derechos a distintos Fondos. La gestión de las inversiones corre a cargo de la gestora, según la política de inversión del fondo.
- En tercer lugar, no descuidaría el ahorro a largo o muy largo plazo que debería suponer la jubilación (67 años actualmente).
Al respecto, haría uso de la inversión a través de planes de pensiones ya que tienen la ventaja de gestión profesional, así como de ser deducibles las aportaciones hasta cierto límite en el impuesto del IRPF. En términos generales (ya que habría que estudiar, cada caso en particular) podría recomendar una aportación gradual al respecto de 10, 15 o 20% de los ingresos brutos, según fueran quedando 30, 20 o 30 años respectivamente, para la edad de jubilación.
Sin embargo, habrá que ser cuidadoso a la hora del rescate.
Le recomiendo que mida sus inversiones (sobre todo en PP y FI) a través del rendimiento medio anualizado de los últimos 3 o 5 años, que sea consciente de en qué se realizan sus inversiones, para poder comprender y entender los resultados y por último, pero no por ello menos importante hacer revisiones anuales de su plan de inversión para ajustar en la medida de los posible su situación personal a los vaivenes del mercado, y sin olvidar los beneficios que nos ofrece el ahorro a largo plazo.
En caso de poder aportar pequeñas cantidades de manera periódica, querer establecer una renta vitalicia y estimar que no se necesitará el dinero en al menos 10 años, podría ser interesante contratar un PIAS con el objeto de beneficiarnos de la fiscalidad que tiene el cobro de rentas de manera periódica a partir de ciertas edades avanzadas. Sin embargo, teniendo en cuenta que suelen cobrar mayores comisiones y ofrecen menor rentabilidad por término general.
La mejor idea al respecto, es el uso de la planificación financiera ahorrando a varios horizontes a la vez según el tiempo que espera usted que transcurra hasta que necesite sacar esos ahorros. Siempre conociendo, valorando y entendiendo los riesgos, así como “evitando poner todos los huevos en la misma cesta” (diversificación).
Buenos días, todo depende del perfil inversor que usted tenga, de sus necesidades financieras, de su aversión al riesgo y de la capacidad de destinar flujos de manera constante a su inversión.
Dicho esto, y como concepto aparte de su perfil inversor, una inversión siempre debe estar correctamente diversificada de tal manera que en plazos medios y largos nuestra rentabilidad no se vea afectada, y en momentos de incertidumbre y o pérdidas en ciertos activos, disminuir el riesgo global de su cartera.
Sería interesante conocer cuáles son sus ahorros mensuales, puesto que a la hora de invertir el ahorro sistemático sería bueno llegar a un mínimo de fondos para poder invertir con garantías.
En términos globales, podemos distinguir tres tipos de inversores, los conservadores, los moderados y los agresivos. Nosotros siempre aconsejamos invertir vía fondos de inversión, y a partir de cierto capital de importancia (unos 100.000 euros) invertir también vía directa.
Conceptualmente entre analistas y gestores, una correcta distribución por tipología de activos sería la siguiente, si bien puede variar:
- Perfil Conservador: 70% Renta Fija, 20% activos monetarios, 10% Renta Variable.
- Perfil Moderado: 60% Renta Fija, 25% activos monetarios, 15% Renta Variable.
- Perfil Agresivo: 50% Renta Fija. 20% activos monetarios, 30% Renta Variable.