Tengo un amigo que con los tiempos que corren va a cogerse un crédito para el coche, lo preocupante es que ya paga una hipoteca y gasta todo lo que cobra, convencerlo de que no lo haga por lo que sería de ayuda que me explicaran ¿Cuáles son los peligros reales de endeudarse?
Toda deuda tiene un precio que se mide a través de un porcentaje, un interés que pagamos por disponer de un dinero que todavía no hemos ingresado. De manera que una deuda no deja de ser una operación arriesgada y por lo tanto, se deben valorar y entender todos los puntos de la operación, ya que las deudas podrían aumentar de manera exponencial en caso de impago provocando la “muerte financiera” del cliente.
Por norma general, se recomienda que las deudas no superen el 35-40% de los ingresos. Además hay que tener en cuenta que gastos como la hipoteca, sujetos a interés de tipo variable pueden llegar a subir ante incrementos del Euríbor. Sin embargo, hoy en día es muy normal encontrar familias que adeudan entre un 60-70%.
Destacar que para evitar situaciones desagradables, teniendo en cuenta la actual situación de inestabilidad laboral, aquellos cuyos ingresos estén mermados por las deudas es fundamental que se supriman los lujos y hábitos de consumo ahora prescindibles. Ya que la situación de vivir encima de las posibilidades, puede volverse adictiva y suele ser poco sostenible.
En caso de impago de las cantidades debidas en virtud de un préstamo hipotecario, la entidad financiera acreedora puede acudir a un procedimiento judicial de ejecución para recobrar los importes adeudados, también requiriendo a nuestros posibles avalistas.
Sin olvidar que en España la responsabilidad en caso de préstamos hipotecarios es “universal”, esto es, el deudor responde no sólo con el bien inmueble que ha dado en garantía sino con todos sus bienes presentes y futuros, aunque en el caso de vivienda habitual existen casos de liberación parcial de deuda.
Como nos enseñó la crisis de las llamadas “hipotecas basura”: Estar demasiado endeudado es muy arriesgado, pues cuando nos va bien las ganancias se magnifican y en momentos difíciles sucede lo mismo con las pérdidas.
No existe una fórmula mágica, ni siquiera un producto financiero perfecto para conseguir prosperidad. La clave es que desarrollemos el hábito de ahorrar lo más pronto posible, entendiendo ahorrar como gastar menos de lo que se ingresa, un dato que nuestros abuelos tenían muy bien inculcado. Tratando de ahorrar entre un 15/20% de los ingresos totales, en primer lugar para poder cubrir posibles imprevistos o emergencias y en segundo lugar, para aprovecharse de los beneficios de la capitalización, vía reinvirtiendo intereses.
Si me permiten las claves para la lograr prosperidad financiera son: Ahorro, Tiempo y Gestión profesional y de confianza, de manera que podamos conocer el alcance de cada decisión financiera que tomamos.
Ejemplo:
Si Juan gana unos 30.000€ al año, y ahorra 300 € al mes (20% de sus ingresos mensuales), durante 20 años (240 meses). Compensando el aumento de los precios vía inflación con la revalorización que tendría el sueldo, para simplificar y equiparar el poder adquisitivo: (suponiendo una rentabilidad esperada de sus inversiones de un 5%)
Juan obtendría un capital de 120.608€ al cabo de 20 años.
Una prueba más de los efectos positivos de tener unas finanzas personales equilibradas y saludables.