Preferentes, Obligaciones Convertibles, Bonos basura... ¿le suenan?
Con demasiada frecuencia, hemos oído hablar de este tipo de productos en los medios de comunicación, productos que por norma general, tienen las mismas consecuencias para sus poseedores: la pérdida de su dinero. Pero no sólo se trata de un tema económico aislado, si no que en muchas ocasiones, esta pérdida monetaria viene acompañada de un tremendo esfuerzo psicológico para el cliente, que no entiende como ha llegado a esa situación.
Esperamos, que como lectores habituales de nuestro blog, estén dentro del grupo de inversores que solamente han oído hablar de estos productos, pero que nunca los han sufrido.
Sin embargo, somos conscientes de que hay muchos ahorradores e inversores que sí han vivido en sus carnes las consecuencias de una mala decisión, un mal asesoramiento, o una venta interesada por parte de su Entidad de toda la vida que les ha llevado a ser poseedores de un producto totalmente tóxico, sin ser conscientes de lo que realmente adquirían.
Es por ello, que, como hemos comentando en muchas ocasiones, es muy importante huir de este tipo de productos que o bien ofrecen rentabilidades milagrosas “sin riesgos” o simplemente que son tan complejos en su funcionamiento, que no somos capaces de entenderlos.
Una manera de huir de este tipo de inversiones “desastrosas”, es hacer una buena cartera de inversiones, con productos sencillos (productos cuyo funcionamiento entendamos a la perfección) y que SIEMPRE se ajusten a nuestra tolerancia al riesgo y horizonte temporal. Y ojo, el hecho de que sean productos sencillos, no implica a que no puedan ser productos arriesgados, ya que por ejemplo tanto los fondos de inversión(algunas categorías), como las acciones, podrían ser considerados como productos sencillas, pero no por ello están exentos de riesgo.
Pero la clave, no solo está en la construcción de la cartera, si no en el seguimiento, vigilancia, y modificación en los momentos oportunos, una labor que en nuestra opinión es más importante que la configuración de la cartera, ya que si tenemos muy claro que los mercados están en constante movimiento, es fácil entender que las carteras tengan que ir adaptándose a dicho movimiento, sin que ello implique estar modificando las carteras todos los días ni mucho menos, pero sí que suelen ser oportunos cambios con frecuencia mensual o trimestral.
Como siempre, el mejor consejo que les podemos dar, es que no tengan reparos en acudir a un asesor profesional, que les ayude con sus inversiones, que no tenga conflicto de interés con la Entidad con la que trabaje y que le ofrezca los productos que realmente son acordes con sus necesidades y objetivos.
Tomarse en serio la labor de hacer crecer nuestro patrimonio, debe ser un objetivo prioritario, más ahora que las pensiones públicas tienen un futuro incierto.